¡Qué tragedia! Prohibirte hablar de AMLO, como si fuera posible apagar el sol con un dedo. ¿Y cómo vas a sobrevivir sin proclamar tu fidelidad?
Primero te preguntaron por tu orgullo de ser mexicana, luego te pidieron que no hablaras de López Obrador… Qué horror que en un programa de entretenimiento no permitieran hacer propaganda política, ¡qué escándalo! ¿Acaso creíste que la pregunta sobre la cena era una metáfora para hablar de la “cuarta transformación”?
Es curioso, porque los medios del gobierno –como Canal 11, que antes se dedicaban a la cultura y la educación– ahora tienen barra libre para transmitir propaganda sin medida. ¡Qué cómodo debe ser cuando el micrófono es solo tuyo y puedes hablar de lo que quieras! Pero no, no aquí, no en este programa.
Y claro, ahora viene la reforma para eliminar a los institutos autónomos y a la Suprema Corte, porque la verdadera democracia, por lo visto, se defiende quitando toda voz crítica e independiente. ¡Viva la libertad de expresión! … siempre y cuando sea la tuya, claro.
Ahora bien, qué interesante que entre todo este fervor político no se mencione ni una palabra sobre lo que ocurre en Sinaloa. Llevamos más de ocho días inmersos en una guerra civil –o «guerra del narco», como prefieran llamarla–, y la muerte y destrucción impregnan el aire. Mientras tanto, el presidente parece mirar hacia otro lado, o quizás no oye… ¿Tendrá algún problema de salud mental? ¿O será simplemente que ha decidido que, para los ciudadanos de ese estado, él no gobierna?
Es vergonzoso. Nos encantaría que nos explicara por qué ha abandonado a los sinaloenses, por qué ha dejado a miles de personas a merced de la violencia, del miedo, de la muerte. ¿Será que ha perfeccionado el arte de la necropolítica –ese fino oficio de gobernar a través del abandono–? Parece que el mandato de López Obrador ha pasado de ser una «cuarta transformación» a una gestión de dejar a los ciudadanos a su suerte. El arte de ignorar la muerte mientras se gobierna.
«Es un honor estar con Obrador», dices.
Fantástico, qué dicha, pero que no se olvide que para algunos es también un derecho no querer hablar de él en cada espacio de su vida. Por favor, cuéntanos, ¿en qué platillo de la cena del 15 de septiembre encuentras la quinta esencia de la transformación?