La llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador al poder ha estado marcada por su lema de «primero los pobres» y su enfoque en proporcionar ayuda directa a la población. Sin embargo, este enfoque en regalar dinero y recursos, en lugar de invertir en el mantenimiento de infraestructuras y programas de desarrollo, plantea interrogantes sobre el verdadero impacto de sus políticas.
En sesiones recientes del Congreso, se ha destacado la historia de una mujer que no buscaba recibir dinero, sino la oportunidad de obtener maíz para sembrar. Su deseo refleja la importancia de empoderar a las personas a través del acceso a recursos que les permitan construir un futuro sostenible.
El actuar del presidente ha sido catalogado como populista, regalando dinero a la población. Si bien esta estrategia puede complacer a muchos, es importante recordar que el dinero regalado no es realmente suyo, sino de la nación en su conjunto. Además, regalar dinero no resuelve la pobreza; en ocasiones, puede incluso perpetuarla y fomentar hábitos perjudiciales, como el consumo de alcohol y drogas.
El verdadero camino hacia el progreso y la disminución de la pobreza no radica en la gratificación instantánea, sino en la generación de crecimiento económico y la creación de empleo. Esto implica identificar áreas de oportunidad en las que las personas puedan desarrollarse y ser felices a través del trabajo y la actividad productiva. No se trata de trabajos comunes, sino de explorar lo que realmente apasiona a las personas, permitiéndoles contribuir a la economía de manera significativa.
Además, es crucial abordar la salud mental en la sociedad. La pandemia ha agravado problemas relacionados con el consumo de alcohol y drogas. La búsqueda de placer a través del ocio y las sustancias adictivas puede ser destructiva. Es importante promover la felicidad a través del trabajo, la actividad y la interacción social, ya que esto contribuye a una salud mental óptima.
En resumen, el enfoque en regalar dinero y políticas populistas puede brindar gratificación a corto plazo, pero no aborda los problemas subyacentes de pobreza y salud mental. Un enfoque más sólido debe basarse en el crecimiento económico, la creación de empleo y el empoderamiento de las personas para buscar sus pasiones y contribuir al progreso del país. El equilibrio entre el placer instantáneo y el desarrollo sostenible es esencial para el bienestar de la sociedad.